Paraje Fuente la Mora
2006
La Fuente de la Mora es un núcleo de población romano vinculado tanto a la explotación minera como a la existencia de un amplio espacio aterrazado dedicado a la explotación agropecuaria. Las excavaciones realizadas muestran una instalación rural compleja, en la que se combinan gran variedad de actividades productivas: la minería, la agricultura y la actividad artesanal. En este sentido, subrayan la complementariedad y la globalidad de la ocupación del espacio en época romana. Es decir, la capacidad de desarrollo que tuvo la actividad minera para llegar a constituirse un asentamiento propiamente dicho, en el que se desarrollaron otro tipo de actividades para complementar la minera.
La actividad agrícola puede verse en los espacios que tuvieron que condicionar para tal efecto. Los romanos transformaron espacios en ladera por medio de bancales. En el caso de la Fuente de la Mora, estas terrazas reciben el nombre de lindones. El abandono total del área, una vez que finalizó la explotación minera, permitió que la vegetación se recuperara rápidamente, favoreciendo la conservación de las estructuras romanas hasta la actualidad.
La riqueza de las muestras de objetos obtenidos en las excavaciones realizadas entre 1999 y 2001, son una prueba de la actividad vital del asentamiento de la Fuente de la Mora. La cerámica, tanto de cocina y almacenamiento como de mesa, es el material más abundante. Junto a ella se han documentado objetos de vidrio, útiles de hierro, molinos de granito, pesas de telar y otra serie de instrumentos relacionados con la producción textil.
La investigación, por tanto, ha permitido hacer una valoración, completamente nueva, de las labores mineras romanas y obtener una visión de conjunto de la explotación y de su contexto histórico. Esta es la única vía posible para comprender adecuadamente la evolución y formación del paisaje de la Sierra de Francia, una zona donde es posible comprender la interacción permanente entre el medio físico y las comunidades que históricamente se han servido de él como recurso, ya que, en último término, se trata de una zona donde es posible valorar, e incluso rentabilizar, un auténtico paisaje cultural.
El edificio se proyecta a modo de “cofre contenedor y conservador” para poner en valor la visualización y el recorrido del asentamiento mostrando los distintos muros y mosaicos interiores. Se proyecta un edificio de madera laminada tanto estructuralmente como de acabados en fachada y cubierta. Con accesos en acero corten y pasarelas interiores que sobrevuelan las distintas estancias del asentamiento romano.